Guenon estuda

René Guénon

Teosofismo: a história de uma pseudo-religião

"Le Théosophisme: Histoire d'une Pseudo-Religion"
París 1921, aumentada en 1925. Traditionnelles, 1986.

Guénon denunciou dois embustes modernos através de "O Erro Espírita" e "O Teosofismo: a História de uma Pseudo-Religião". Estes livros, com documentação farta e conclusiva, constituem o desmonte metódico, minucioso e incontestável destas duas "armações" conhecidas como Espiritismo e Teosofismo. Coomaraswamy e, depois, Fernando Guedes Galvão, entre outros, chamaram a atenção para estas obras fundamentais, que retratam de modo preciso e impiedoso as confusões e desvios típicos da modernidade. Geralmente, os "adeptos" destes movimentos, despreparados e confusos culturalmente, são iludidos em sua boa-fé. Boa-fé, diga-se a bem da verdade, nunca compartilhada pelos respectivos dirigentes que, incapazes de responder à altura as denúncias formuladas por Guénon, por um lado e, confiantes na fragilidade de seus seguidores, por outro, chegam a ter a desfaçatez de elogiar o autor e referir-se a estes livros como "algumas críticas", um "tanto exageradas". Nós mesmos fomos elogiados por certos espíritas cara-de-pau que "baixaram" na Internet, a respeito de nosso site IRGET e da biografia de René Guénon. Dedicamos estas páginas aos interessados em assuntos tradicionais e também aos seguidores desavisados destes dois desvios modernos que, desde que tenham em mãos informações e documentação necessárias e suficientes, possam reavaliar e discernir a verdadeira origem e motivações do teosofismo e do espiritismo.

Prólogo: TEOSOFIA y TEOSOFISMO

Deber nuestro es justificar, antes que nada, la palabra poco utilizada que sirve de titulo a nuestro estudio. ¿Por qué razón "teosofismo y no teosofía"? Pues bien: porque, para nosotros, esos dos sustantivos designan dos cosas bien diversas, y porque conviene disipar, aun al precio de emplear un neologismo o expresión que puede parecer tal, la confusión que causará naturalmente la similitud de expresión. Y tanto más importa esto, desde nuestro punto de vista, por cuanto algunas personas derrochan todo su interés en mantener esa confusión, a fin de hacer creer que tienen a sus espaldas una tradición a la que, en realidad, no podrían legítimamente atenerse, ni a ésa ni a ninguna otra.
En efecto: con mucha anterioridad a la creación de la denominada Sociedad Teosófica, el vocablo Teosofía era denominación común de doctrinas bien diversas entre sí, aunque correspondientes todas ellas a un mismo tipo o, por lo menos, procedentes todas de un mismo conjunto de tendencias. Por lo tanto, será oportuno conservarle el significado que históricamente tiene.

Sin pretender ahora profundizar la naturaleza de esas doctrinas, podemos decir que tienen como rasgos comunes y fundamentales el ser concepciones más o menos estrictamente esotéricas, dotadas de inspiración religiosa y hasta mística -aunque de un misticismo indudablemente algo especial -, ostentando una tradición completamente occidental cuya base es siempre, bajo una u otra forma, el Cristianismo. Tales son, por ejemplo, las doctrinas de Jacob Boehme, de Gichtel, William Law, Jane Lead, Swedenborg, Louis-Claude de Saint-Martin, d'Eckartshausen. No pretendemos ofrecer aquí una lista completa, nos limitamos a dar algunos nombres tomados de entre los más conocidos.

Ahora bien: la organización que actualmente se denomina "Sociedad Teosófica", de la que nos ocuparemos aquí exclusivamente, no procede de ninguna escuela que se ligue, ni siquiera indirectamente, a alguna doctrina de ese género. Su fundadora, Mme. Blavatsky, pudo tener un conocimiento más o menos completo de los escritos de algunos teósofos, especialmente de Jacobo Boehme, bebiendo en ellos ideas que incorporó a sus propias obras, junto con una multitud de otros elementos procedentes de fuentes sumamente diversas; y eso es todo lo que podemos admitir al respecto. De un modo general, las teorías más o menos coherentes que se han emitido o han sido sostenidas por los jefes de la Sociedad Teosófica, no tienen ninguno de los caracteres que hemos indicado, excepto la pretensión al esoterismo; se presentan -falsamente, por lo demás- como teniendo origen oriental, y, aunque desde hace cierto tiempo se ha juzgado conveniente y apropiado pIegarse a un seudocristianismo de naturaleza muy peculiar, no por ello es menos cierto que su tendencia primitiva era, muy al contrario, francamente anticristiana. Decía entonces Mme. Blavatsky: "Nuestro objetivo no es restaurar el Hinduismo, sino barrer al Cristianismo de la faz de la tierra" (1).

A partir de aquel entonces, ¿han cambiado las cosas tanto como podrían hacerlo creer las apariencias? Por lo menos, es lícito desconfiar de que así sea, viendo que la gran propagandista del nuevo "Cristianismo Esotérico" es Madame Besant, la misma que en tiempos pasados escribiera diciendo que era necesario: ".... ante todo combatir a Roma y a sus sacerdotes, luchar por doquiera contra el Cristianismo y echar a Dios de los Cielos" (2). Sin duda alguna, posible es que la doctrina de la Sociedad Teosófica y las opiniones de su presidenta hayan "evolucionado" desde entonces hasta ahora, pero también es posible que su neocristianismo no sea más que una máscara, pues cuando se trata de ambientes de esa índole, nada debe sorprender. Creemos que nuestra exposición demostrará suficientemente cuán erróneo sería atenerse a la buena fe de los que dirigen o inspiran movimientos como al que nos referimos.

Sea o no acertado lo dicho en el último punto, desde ya podemos declarar con seguridad y claramente, que entre la doctrina de la Sociedad Teosófica, o por lo menos lo que hace las veces en ella de doctrina, y la teosofía en el verdadero sentido de este vocablo, no hay absolutamente filiación ninguna, ni siquiera meramente ideal. Por lo tanto, se deben rechazar como quiméricas las afirmaciones tendentes a presentar a esa Sociedad como la continuadora de asociaciones tales como la "Sociedad Filadelfiana", que existiera en Londres hacia fines del siglo XVII (3), y a la que se pretende que habría pertenecido Isaac Newton, o de la "Confraternidad de los Amigos de Dios", de la que se dice haber sido instituida en Alemania durante el siglo XIV, por el místico Juan Tauler, en quien algunos han querido ver, no sabemos el porqué, a un precursor de Lutero (4). Estas afirmaciones se hallan quizá aun menos fundamentadas -y esto no es poco decir- que aquellas otras por las que los teósofos intentan remontarse a los neoplatónicos (5), so pretexto de que Mme. Blavatsky adoptó realmente algunas teorías fragmentarias de estos filósofos, sin haberlas, por lo demás, asimilado verdaderamente.

Las doctrinas, en realidad enteramente modernas, que profesa la Sociedad Teosófica, son tan diversas bajo casi todos sus aspectos de aquellas a las que se aplica legítimamente el nombre de teosofía, que no se podria confundir las unas con las otras sino por ignorancia o por mala fe: mala fe en los jefes de la Sociedad; ignorancia entre la mayoría de quienes los siguen, y también -será conveniente decirlo- entre algunos de sus adversarios que, insuficientemente informados, cometen la grave falta de aceptar seriamente sus aserciones, creyendo, por ejemplo, que representan a una auténtica tradición oriental, siendo así que no hay nada de eso. Como se verá más adelante, la Sociedad Teosófica debe hasta su nombre a circunstancias enteramente accidentales, sin cuyo influjo hubiera recibido otra denominación completamente diversa; sus miembros, en modo alguno son teósofos, a lo más, si se quiere, son "teosofistas". Por lo demás, la distinción entre estos dos términos: "theosophers" y "theosophists", se hace casi siempre en inglés, idioma en el que la palabra "theosophism", para designar la doctrina de esa Sociedad, es de uso corriente. Nos pareció suficientemente importante como para mantenerla al tratar sobre el tema en nuestro idioma aun cuando choque como algo inusitado, y por ello quisimos brindar desde un principio las razones por las que se trata aquí de algo más que de una simple expresión de vocablos.

Hemos hablado como si hubiera verdaderamente una doctrina teosofista, mas, a decir verdad, si se toma la palabra doctrina en su sentido más estricto, o simplemente para designar algo sólido y bien definido, será preciso convenir en que no la hay. Lo que presentan los teosofistas como su doctrina, aparecerá después de un examen algo serio, como una exposición saturada de contradicciones; además, pasando de uno de sus autores a otro, y a veces en un mismo autor, hay variaciones considerables incluso sobre puntos que son considerados como los más importantes. Bajo este aspecto, se pueden distinguir dos períodos principales, que corresponden a la dirección de Madame Blavatsky y a la de Madame Besant. Es verdad que los teosofistas actuales procuran, frecuentemente, disimular las contradicciones interpretando a su modo el pensamiento de su fundador y pretendiendo que en un comienzo se la había entendido mal, mas no por ello es menos real el desacuerdo. Se comprende entonces, sin dificultad, que el estudio de teorías tan inconsistentes no pueda ser separado de la historia de la Sociedad Teosófica; por este motivo no hemos juzgado oportuno hacer dos partes distintas en esta obra. una histórica y otra doctrinal, como hubiera sido natural hacerlo en cualquier otra circunstancia.

NOTAS:

(1). Declaración a Alfred Alexander y publicada en: The Medium and Daybreak, Londres, enero de 1893, pág. 23.

(2). Discurso de clausura pronunciado en el Congreso de Librepensadores, realizado en Bruselas en septiembre de 1880.

(3). La Clef de la Théosophie: por H. P. Blavatsky; pág. 25 de la edición francesa según trad. de Mme. H. de Neufville. Nos remitiremos siempre a esa trad. en las citas que hagamos subsiguientemente.

(4). "Movimientos Mundiales Modernos", por el Dr. J. D. Buck, en: Life and Action, Chicago, mayo-junio de 1913.

(5). La Clave de la Teosofía, págs. 4-13.

Capítulo Primero: ANTECEDENTES BIOGRAFICOS DE Mme. BLAVATSKY

Elena Petrowna Hahn nació en Ekaterinoslaw en el año 1831 (1*). Fue hija del Coronel Peter Hahn y nieta del Lugarteniente General Alexis Hahn Rottenstern-Hahn, familia de origen mecglemburgués establecida en Rusia. Su madre fue Elena Fadeeff hija del Consejero Privado Andrés Fadeeff y de la Princesa Elena Dolgorouki. La futura Mme. Blavatsky no olvidaría nunca su origen noble, con el que hacían extraño contraste las actitudes descuidadas y hasta inapropiadas que adotaba habitualmente. Desde su infancia se condujo de un modo insoportable, montando en cólera y enojos violentos ante la menor contrariedad, cosa que, a pesar de su inteligencia, impidió hacerle adquirir una instrucción seria y continuada. A la edad de quince años "juraba hasta el punto de escandalizar a un soldado", como lo dijo su propio amigo Olcott y conservó esa costumbre durante toda su vida. A los dieciséis fue casada con el General Nicéforo Blavatsky, hombre de edad avanzada. Partió con su marido a la Provincia de Erivan, de la que éste era Vicegobernador, pero al primer reproche que el esposo le hiciera, abandonó el domicilio conyugal. Se ha dicho que el General falleció poco después de esa separación, pero creemos que no fue así, que vivió por lo menos quince años más, pues la misma Mme. Blavatsky declaró que lo volvió a ver en Tiflis, en el año 1863, y que estuvo con él por espacio de varios días (1); por lo demás este punto tiene una importancia bastante secundaria.

Así pues, fue en el año 1848 cuando comenzó la extraordinaria vida de aventuras de Mme. Blavatsky. Recorriendo junto con su amiga, la Condesa Kiseleff, el Asia Menor, conoció a un copto (otros dicen que era caldeo) llamado Paulos Metamon, que se hacía pasar por mago y que parece haber sido un prestidigitador más o menos hábil (2). Continuó su viaje en compañía de este personaje, yendo a Grecia y a Egipto. Entonces, como sus recursos estuvieran casi completamente agotados, regresó a Europa, hallándosela en Londres en el año 1851, dando lecciones de piano para poder vivir. Sus amigos han afirmado que fue a esa ciudad en compañía de su padre a fin de seguir estudios musicales; esto es manifiestamente falso, pues en esa época estaba reñida con toda su familia, motivo por el cual no osaba regresar a Rusia. En Londres frecuentó simultáneamente círculos espiritistas (3) y ambientes revolucionarios; se relacionó abiertamente con Mazzini y, hacia el año 1856, se afilió a la asociación carbonaria "La Joven Europa".
Se refiere cronológicamente a ese período una historia fantástica que convendrá mencionar: según unos en el año 1851 y según otros en el de 1854, llegó a Londres una embajada procedente de Nepal; más adelante Mme. Blavatsky pretendió haber reconocido entre los componentes de la misión a un personaje misterioso al que, desde su infancia, frecuentemente veía a su lado y que la auxiliaba en los momentos difíciles; ese protector, el "Mahâtmâ" Morya, le habría develado entonces la misión a la que la destinaba. Consecuencia de ese encuentro habría sido un viaje a la India y al Tíbet, donde Mme. Blavatsky habría permanecido por espacio de tres años y los "Maestros" la habrían adoctrinado en las ciencias ocultas, desarrollando sus facultades psíquicas. Tal es, por lo menos, la versión dada por la Condesa Wachtmeister (4), según la cual esa estancia oriental fue seguida por otra permanencia en Egipto. Esto no puede ser otra cosa que el segundo viaje de Mme. Blavatsky al último país mencionado, y del que hablaremos poco más adelante. Por otra parte, Sinnett ha declarado que. "Mme. Blavatsky coronó una carrera de treinta y cinco a cuarenta años de estudios místicos con un retiro de siete años en las soledades del Himalaya" (5), y parece ubicar el retiro casi inmediatamente antes de su partida para América; ahora bien: como Mme Blavatsky contaba solamente cuarenta y dos años cuando partió hacia América, será preciso concluir que comenzó sus "estudios místicos" desde que nació... y quizá hasta algo antes. La verdad es que dicho viaje al Tíbet no fue más que pura invención de Mme Blavatsky, y es preciso creer, de acuerdo a lo comprobado, que los relatos hechos por ella a diversas personas, distaban mucho de concordar entre sí (2*). Ella escribió un relato, cuyo manuscrito estuvo en poder de Mme. Besant, y cuando se probó que el viaje no había podido ser realizado en las fechas indicadas, entonces Mme. Besant afirmó que el relato no era verdaderamente de Mme. Blavatsky, pues ésta lo había escrito siguiendo el dictado de un "Mahâtmâ", y ni siquiera lo reconocía como de su escritura. Por lo demás, otro tanto se ha dicho para algunas partes de sus obras, y es ése verdaderamente, un sistema muy cómodo para excusar todas las contradicciones e incoherencias que se hallan en ellas. Como quiera que sea, parece cosa bien firme que Mme Blavatsky no fue a la India antes del año 1878, y que hasta la misma época nunca se había hablado de "Mahâtmâs”. Lo que expondremos luego proporcionará pruebas suficientes. Hacia el año 1858 decidió Mme. Blavatsky regresar a Rusia. Se reconcilió allí con su padre y permaneció a su lado hasta el año 1863, en que marchó al Cáucaso y se encontró nuevamente con su marido. Poco más tarde se marchó a Italia, de donde fue llamada, verosímilmente, por orden de la Asociación Carbonaria. En 1866 está con Garibaldi, a quien acompaña en sus expediciones: combate en Viterbo, luego en Mentana, donde cae gravemente herida y es abandonada en el campo de batalla, como muerta. Se recupera, sin embargo, y va a pasar su convalecencia en París. En esta ciudad estuvo durante algún tiempo bajo el influjo de un tal Víctor Michal, magnetizador y espiritista (6), cuyo nombre ha sido a veces desfigurado en los relatos referentes a esa parte de su vida: algunos lo han llamado Martial y otros Marchal (7), lo que lo ha hecho confundir con un abate Marchal que también se ocupaba de hipnotismo y de investigaciones psíquicas. Ese Michal era periodista y pertenecía a la Masonería, lo mismo que su amigo Rivail -denominado Allan Kardec-, ex profesor de instituto convertido en director teatral del Folies-Marigny y fundador del espiritismo francés. Fue Michal quien desarrolló las facultades mediúmnicas de Mme. Blavatsky, y a partir de entonces no habló jamás sin una especie de espanto de la "doble personalidad" que manifestaba ella desde dicha época, lo que da buena razón de las condiciones bien particulares en las que compuso más adelante sus obras. La misma Mme. Blavatsky era por entonces espiritista, o por lo menos así lo decía, afirmando pertenecer, precisamente, a la escuela de Allan Kardec, de quien conservó o retomó, pasando el tiempo, algunas ideas, especialmente en lo que hace a la "reencarnación". Si aparecemos poniendo en duda la sinceridad del espiritismo de Mme. Blavatsky, a pesar de sus múltiples afirmaciones del período anterior a la fundación de su Sociedad (8), lo hacemos porque más adelante, ella misma declararía que jamás había sido "espiritualista" (9) (bien sabido es que, en los países anglosajones, ese adjetivo es considerado vulgarmente como sinónimo de espiritista); por lo tanto, nos es lícito preguntar en cuál de las oportunidades mintió.

Comoquiera que sea, lo cierto es que desde 1870 a 1872 ejerció Mme. Blavatsky la profesión de médium en El Cairo, donde se había encontrado nuevamente con Metamon, allí los dos, junto con unos hoteleros franceses: los esposos Coulomb, de quienes ya hablaremos, fundaron su primer "Club de Milagros". He aquí los términos en que fue anunciada esa fundación por un órgano espiritista: "Se ha constituido en El Cairo (Egipto), una sociedad de espiritualistas bajo la dirección de Mme. Blavatsky, rusa, con la colaboración de varios médiums. Las sesiones se realizan dos veces por semana: martes y viernes a la noche; se admite solamente a los miembros de la sociedad. Se tiene el propósito de establecer, junto con la sociedad, una sala de lectura y una biblioteca de obras espiritualistas y otras más, así como también de fundar un periódico que será titulado "La Revista Espiritualista de El Cairo", que aparecerá los días 1 y 15 de cada mes" (10) Pero esa empresa no prosperó, pues, al cabo de poco tiempo Mme. Blavatsky fue convicta de fraude, como algún tiempo después lo habría de ser y repetidas veces, en América, a donde fue a ejercer la misma profesión (11). Esto dista mucho de ser raro entre los médiums profesionales. No queremos afirmar con esto que todo sea falsedad en los fenómenos que sirven de base al espiritismo; estos hechos, en sí mismos, son perfectamente independientes de la absurda interpretación que les dan los espiritistas, pero, en todo caso, han sido frecuentemente simulados por mistificadores, y todo individuo que se dedique a hacer de la producción de tales fenómenos un oficio o profesión lucrativa, es eminentemente sospechoso, puesto que, aun cuando posea algunas cualidades mediúmnicas reales, su interés le incitará a hacer fraude cuando por una causa u otra se vea imposibilitado para presentar fenómenos verdaderos. Tal ha sido, ciertamente, el caso de buen número de médiums famosos y renombrados, como la conocida Eusapia Paladino, por ejemplo; tal fue, probablemente y sobre todo en sus comienzos, el de Mme. Blavatsky. Cuando se vió desenmascarada abandonó precipitadamente El Cairo y regresó a París, donde intentó vivir con su hermano, pero no pudiendo entenderse con él, partió prontamente hacia América, en donde fundaría, dos años después, su Sociedad Teosófica.

NOTAS (Los asteriscos se refieren a las notas que sólo aparecieron a partir de la 2ª edición francesa como anexo al final. Aquí se han integrado en el correspondiente capítulo):

(1). Carta a Solovioff, febrero de 1886.

(2). De acuerdo a algunos informes que nos han sido proporcionados, pero que no nos ha sido posible verificar directamente, este Metamon sería el padre de otro persona que presidió durante algún tiempo el círculo externo de la H. B. of L.. (sociedad secreta de la que hablaremos más adelante), y que fundó después una organización de carácter bien diverso.

(3). Fue en ellos donde conoció a Dunglas Home, el médium de Napoleón III del que hablaremos más adelante.

(4). "Lotus Bleu", 27 de junio de 1894: cf. Reminiscencias de H. P. Blavatsky, cap. VIII.

(5). El Mundo Oculto, pág. 45 de la trad. francesa, de F. K. Gaboriau.

(6). Nació en Grenoble, en el año 1824, falleció en París en 1889.

(7). "Light" (Luz), Londres, 28 de agosto de 1897 y 27 de mayo de 1899.

(8). Especialmente en sus cartas a A. N. Aksakoff (1874-1875), que fueron publicadas por Solovioff.

(9). "Light", 19 de febrero de 1881; 11 de octubre y 11 de noviembre de 1884.

(10). "Spiritual Magazine", abril de 1872.

(11). "Mind and Matter" (Mente y Materia), Filadelfia, 21 de noviembre de 1880; este periódico hizo conocer, con pruebas, los "trucos" utilizados por Mme. Blavatsky. Informe al Congreso de Chicago, en 1893, por William Emmett Coleman, que inventarió minuciosamente los "préstamos" tomados por Mme. Blavatsky, para su Isis Develada.

(1*). Helena Petrowna Hahn nació el 12 de agosto de 1831; no habíamos podido encontrar la fecha exacta en el momento de la 1ª edición.

(2*). No se puede oponer a lo que decimos aquí, como se ha intentado hacer, la afirmación de Olcott según la cual Mme. Blavatsky, en 1854, habría intentando en vano penetrar en el Tíbet por Bhután o el Nepal; incluso aunque el hecho fuera cierto, lo que la fecha indicada hace muy dudoso (pues Mme. Blavatsky debía de estar entonces en Londres y no en Asia), no se trataría en todo caso más que de una tentativa frustrada. Al igual, no se puede considerar como una alusión a los "Mahâtmâs" el extracto de una carta publicada en el "Spiritual Scientist" de julio de 1875, en la que Mme. Blavatsky afirmaba, sin precisar demasiado, la existencia "según su conocimiento personal", de escuelas ocultas en las Indias, en Asia Menor y en otros países, y donde añadía: "La verdadera Kábala (no se trataba pues de doctrinas hindúes o tibetanas) está en las manos de algunos filósofos orientales, pero quiénes son y dónde residen es algo que no se me ha permitido revelar... Todo lo que puedo decir es que ésta existe realmente y que la sede de las fraternidades no será revelada al mundo sino cuando la humanidad despierte"

Capítulo Segundo: LOS ORIGENES DE LA SOCIEDAD TEOSOFICA

En el año 1873, cuando Mme. Blavatsky partió para América (llegó a Nueva York el 7 de julio del mismo año), pretendía estar "controlada" (nuestros espiritistas dirían "guiada") por un "espíritu” llamado John King. Es curioso señalarlo, pues ese mismo nombre se halla mezclado, invariablemente, en todas las mánifestaciones de cierto número de falsos médiums que fueron desenmascarados en esa misma época (1), pareciendo así que todos ellos obraran bajo una misma inspiración. Desde este aspecto es también sumamente significativo lo que escribía Mme. Blavatsky en 1875: "He sido enviada de París a América a fin de verificar los fenómenos y su realidad, y mostrar la decepción de la teoría espiritualista" (2). Enviada, ¿por quién? Más adelante dirá que por los "Mahâtmâs", pero por aquel entonces aún no se hablaba de ellos; por lo demás, fue en París donde recibió su misión, y no en la India o en el Tíbet.
Cuando Mme. Blavatsky llegó a Norteamérica, preguntó a todas las personas con las que se puso en contacto si conocían a un Sr. Olcott (3), hasta que finalmente se encontró con él, en fecha 14 de octubre de 1874, en la hacienda de Chittenden (Vermont), en casa de los esposos Eddy, en la que se producían "materializaciones de espiritus" y otros fenómenos del mismo género.

Henry Steele Olcott había nacido en Orange (New Jersey) en el año 1832, procedente de una familia de honorables cultivadores. En sus primeras actividades fue ingeniero agrónomo; después, durante la Guerra de Secesión, prestó servicios en la policía militar, donde alcanzó el título de Coronel, grado de fácil obtención en los Estados Unidos en aquellos tiempos. Concluida la guerra, se dedicó al periodismo, distribuyendo sus tiempos de ocio entre las Logias Masónicas y las Sociedades Espiritistas. Colaboró en diversos periódicos, especialmente en el New-York Sun y en el New-York Graphic, escribiendo varios artículos sobre los fenómenos de Chittenden; es verosímil que, por la lectura de esos artículos, Mme. Blavatsky comprendiera dónde podría hallar, finalmente, a su futuro asociado. (1*)

Pero, ¿quién hubiera podido dar a Mme. Blavatsky la idea de relacionarse con Olcott, quien en el mundo "espiritualista" no ocupaba una posición puntera? Lo que puede proporcionar la llave del misterio -descartando la hipótesis de una comunicación de los "Mahâtmâs", que no puede ser sostenida seriamente, y que fue inventada después de los hechos- es que Olcott conocía ya a John King, si se ha de creer a lo que escribía en el año 1876, a propósito de ese supuesto "espíritu", a William Stainton Moses, espiritista inglés muy conocido bajo el seudónimo de M. A Oxon: "Ha estado frecuentemente en Londres, yo mismo lo encontré en 1870." En la correspondencia de la que tomamos esa frase, y que el mismo Stanton Moses publicó más adelante en su periódico (4), hay buen número de afirmaciones a las que se hace difícil considerar seriamente, planteándose la interrogante de si Olcott procuraba engañar a los demás o si él mismo era el engañado. Por nuestra parte no pensamos que haya sido siempre tan ingenuo como ha querido parecerlo y como lo creyeron los investigadores de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, de Londres, en el año 1884, ni tampoco que haya sido tan completamente sugestionado por Mme. Blavatsky como lo fueron otros, por ejemplo: Judge y Sinnett. Además, él mismo declaró que no era “ni un novicio entusiasta ni un crédulo simplón", y definió su papel como consistente en: "rebuznar, para llamar la atención de la gente"; por lo tanto, su buena fe queda bien sujeta a caución. Como quiera que sea, a veces la verdad logra ser dilucidada a través de las fantasmagorías en que se halla envuelta, y así, en un carta fechada en el año 1875 se lee lo siguiente: "Procurad lograr una reunión privada con John King; él es un Iniciado, y sus frivolidades de lenguaje y de actuación disimulan un asunto serio. Esto es aún bastante vago, pero en otra carta, en la que Olcott alude a sus relaciones personales con John King, al mismo tiempo que habIa de éste de un modo que, en su conjunto, hace pensar que se trata de una "materialización", sin embargo dice que ese mismo John King es miembro de una Logia Masónica (el verbo está éscrito en presente) al igual que lo era el mismo Olcott y otro tanto su corresponsal, el Rev. Stainton Moses, y también -como lo dijimos precedentemente- Víctor Michal, el primer magnetizador de madame Blavatsky.

En el decurso de este estudio habremos de señalar numerosas veces las relaciones existentes entre la Sociedad Teosófica y diversas ramas de la Masonería; pero lo que importa hacer resaltar aquí es que aparentemente el nombre de John King bien podría disimular a un hombre vivo, cuya verdadera identidad debía permanecer incógnita; ¿era la misma persona que enviara en misión a Mme. Blavatsky y preparara su asociación con Olcott? Esto es, por lo menos, muy verosímil, y en caso afirmativo se debería admitir que ese misterioso individuo actuaba por cuenta de alguna agrupación no menos misteriosa; cosa que se confirmará subsiguientemente haciendo ver otros casos similares. Sin embargo, no pretendemos resolver la interrogante de quién era John King. Simplemente, comprobaremos que Olcott, en un pasaje de sus Old Diary Leaves (Hojas de un Viejo Diario), en que relata un "fenómeno" producido por Mme. Blavatsky en abril de 1875 (se trata de un dibujo que se dice trazado por vía oculta en un papel de una libreta, figurando una joya Rosa-Cruz masónica), liga el nombre de John King al de un tal Henry de Morgan, los dos nombres estarían escritos encima del dibujo mencionado. Quizás haya ahí una indicación, pero no queremos hacer demasiado hincapié en ello. Hubo, sí, un Profesor Morgan, presidente de la Sociedad Matemática de Londres y que también se ocupó de psiquismo, pero no pensamos que fuera a él a quien se aludía en tal oportunidad. (2*) Por otra parte, en una carta dirigida por Mme. Blavatsky a Solovioff en febrero de 1886, habla de un tal M... que la habría "traicionado" y arruinado diciendo mentiras al médium Home, quien la desacreditaba desde hacía ya diez años"; es dable suponer que esa inicial se refiere al mismo personaje, y entonces sería necesario llegar a la conclusión de que, por alguna razón determinada, ese señor Henry de Morgan, en caso de ser tal su verdadero nombre, habría abandonado a su agente de antes hacia los años 1875 ó 1876, es decir, precisamente cuando el nuevo "Club de Milagros" establecido en Filadelfia sufría un fracaso comparable al que anteriormente había sufrido su fundadora en El Cairo, y un fracaso debido justamente a la misma causa, a saber: el descubrimiento de los múltiples fraudes utilizados por Mme. Blavatsky (5).

En esa época, efectivamente, ya no se habló más de John King, y simultáneamente se notó un cambio destacado en la orientación de Mme. Blavatsky, coincidencia que proporciona la confirmación de lo que acabamos de decir. La causa determinante de dicho cambio fue el encuentro con un tal George H. Felt, quien fue presentado a Mme. Blavatsky por un periodista llamado Stevens. Este Felt, que decía de sí mismo ser profesor de Matemáticas y de Egiptología (6), era miembro de una sociedad secreta designada habitualmente por las iniciales "H. B. of L." (Hermetic Brotherhood of Luxor: Hermandad de Luxor) (7). Ahora bien: esta sociedad, aun cuando haya desempeñado un papel importante en la producción de los primeros fenómenos de "espiritualismo" en América, es formalmente opuesta a las teorías espiritistas, pues enseña que los fenómenos se deben, no ya a espíritus de fallecidos, sino a ciertas fuerzas gobernadas por seres humanos vivientes. Fue precisamente el día 7 de septiembre de 1875 cuando John King se vió sustituido, como "control" de Mme. Blavatsky, por otro "espíritu" que se hacía llamar por el nombre egipcio Serapis, y que muy pronto habría de ser reducido a no ser más que un "elemental"; en el momento mismo en que se producía este cambio, el médium Dunglas Home atacaba públicamente a Mme. Blavatsky en un libro titulado Incidents in my Life, y muy pronto la atacada, que hasta entonces no se había ocupado de otra cosa que de espiritismo, declaraba con evidente mala fe, que ella: "jamás había sido y jamás sería una médium profesional", añadiendo que había "consagrado su vida entera al estudio de la antigua cábala, del ocultismo, de las ciencias ocultas" (8), Recientísimamente, Felt la había hecho afiliar, lo mismo que a Olcott, a la H. B. of L.:

"Pertenezco a una Sociedad Mística -decía un poco antes-, pero no se sigue de ello que me haya convertido en un Apolonio de Tiana en enaguas" (9), y después de esa declaración que contradice expresamente la historia de su "iniciación" anterior, añade todavía: "John King y yo estamos ligados desde tiempos antiguos, mucho antes de que él comenzara a materializarse en Londres". Sin duda se trataba del "espíritu" que en aquel entonces la habría protegido durante su infancia, misión que más tarde fue confiada al "Mahâtmâ" Morya, oportunidad en la que se dedicó ella a hablar de John King con grandísimo desprecIo: "Lo que se parece, se une; conozco personalmente a hombres y mujeres de gran pureza, de gran espiritualidad, que han pasado muchos años de su vida bajo la dirección e incluso bajo la protección de 'espíritus' elevados, desencarnados o planetarios; pero esas ’inteligencias' no son del tipo de los John King y de los Ernest que aparecen durante las sesiones" (10). Más adelante nos encontraremos con Ernest, cuando hablemos de Leadbeater, a quien se le ocurrió -digámoslo de paso- atribuir a "hadas" o "espíritus de la naturaleza", la protección oculta de que habrían estado rodeadas la infancia y juventud de madame Blavatsky. A decir verdad, ¡los teosofistas deberían entenderse mutuamente a fin de hacer concordar sus propias afirmaciones! Pero, ¿qué sé ha de pensar, según su propia confesión, de la "pureza" y de la "espiritualidad" de Mme. Blavatsky, en la época en que era "controlada" por John King?

Convendrá exponer desde ahora, a fin de no volver sobre el hecho, que Olcott y Mme. Blavatsky no permanecieron mucho tiempo con la H. B. of L.; y que fueron expulsados de esa organización poco antes de su partida para América (11) Es importante esta observación pues los hechos precedentes, frecuentemente dieron oportunidad a singulares errores; así fue como el Dr. J. Ferrad, en un estudio publicado hace algunos años (12), escribió, a propósito de la jerarquía que existe entre los miembros de la Sociedad Teosófica: "Por encima de los dirigentes que forman la Escuela Teosófica Oriental (otra denominación de la “sección esotérica”), hay además una sociedad secreta, reclutada entre esos dirigentes, cuyos miembros son desconocidos, pero firman sus manifiestos con las iniciales H. B. of L. Conociendo muy bien todo lo que se relaciona con la H. B. of L. (cuyos miembros, por lo demás, no firman sus escritos con esas iniciales, sino con una esvástica), podemos afirmar que, después de lo que hemos consignado, ella jamás tuvo relación oficial u oficiosa alguna con la Sociedad Teosófica; antes al contrario, estuvo en constante oposicion con la misma y otro tantos con las sociedades rosacrucianas inglesas, de lo que trataremos algo más adelante, aun cuando algunos individuos hayan formado parte, simultáneamente, en estas diversas organizaciones, cosa que en condiciones tales podrá parecer bizarro e insólito, pero en realidad no es un hecho excepcional en la historia de las sociedades secretas (13). Además, poseemos documentos que prueban de una manera absoluta lo que acabamos de adelantar, especialmente una carta de uno de los dignatarios de la H. B. of L., fechada en julio de 1887, carta en la que el "Budismo Esotérico", o sea, la doctrina teosofista, es calificada como "tentativa destinada a pervertir el espíritu occidental", y se dice además, entre otras cosas, que: "los verdaderos y reales adeptos no enseñan esas doctrinas del 'karma' y de la ‘reencarnación’, enfatizadas por los autores del Budisrno esotérico y de otras obra teosóficas", y que: ni en las susodichas obras ni en las paginas del Theosophist se halla una vision justa y de sentido esotérico sobre esas importantes cuestiones". Tal vez la división de la H. B. of L. en “círculo externo” y “círculo interno”, sugirió a madame Blavatsy la idea de constituir en su sociedad una "seccion exotérica” y una “seccion esotérica"; pero las enseñanzas de ambas organizaciones se contradecían en buen número de puntos esenciales, en especial, la doctrina de la H. B. of L., es claramente “anti-reencarnacionista" y ya volveremos sobre esto a proposito de un pasaje de Isis Desvelada que parece haber estado bien inspirado, pues fue escrito, precisamente, por Mme. Blavatsky durante el período del que nos estamos ocupando.(3*)

Reanudemos ahora el orden de los acontecimientos. El 20 de octubre de 1875, poco menos de dos meses después de la aparición en escena de Serapis, fue fundada en Nueva York una sociedad llamada "De Investigaciones Espiritualistas". Sus autoridades eran: Presidente, Olcott; Vicepresidentes, Felt y el Dr. Seth Pancoats; Mme. Blavatsky se contentaba modestamente con el cargo de Secretaria. Entre los demás miembros recordaremos a William Q. Judge, quien habría de desempeñar un papel importante en la Sociedad Teosófica; a Charles Sotheran, uno de los altos dignatarios de la Masoneria Norteamericana, y, a este propósito haremos notar que el General Albert Pike, Gran Maestro del Rito Escocés para la jurisdicción meridional de los Estados Unidos (cuya sede se hallaba entonces en Charleston), se allegaba también en esa época a Mme. Blavatsky, pero sus relaciones no parecen haber tenido resultados ulteriores. Será preciso creer que, en tales circunstancias, Pike fue más clarividente que muchos otros, reconociendo prontamente a la persona de que se trataba. Y, puesto que se ofrece la ocasión, añadiremos que el renombre de Albert Pike como escritor masónico ha sido demasiado exagerado: en una buena parte de su obra principal: Moral and Dogma of Freemasonry -Moral y Dogma de la Francmasonería-, no hizo más que seguir, por no decir plagiar, a la obra Dogme et Rituel de la Haute Magie - Dogma y Ritual de la Alta Magia - compuesta por el ocultista francés Eliphas Lévi.

El día 17 de noviembre de 1875 la sociedad así fundada, y que apenas contaba dos semanas de existencia, fue transformada en "Sociedad Teosófica" por sugerencia de su tesorero Henry J. Newton, espiritista pudiente que ignoraba todo acerca de la teosofía, pero a quien agradaba esa palabra sin saber por qué razón. Por lo tanto, el origen de ese nombre es puramente accidental: fue adoptado para complacer a un adherente a quien se deseaba tener satisfecho a causa de su gran fortuna; por lo demás, abundan los casos en que personas ricas fueron atraídas por los dirigentes de la Sociedad Teosófica, quienes, prometiéndoles toda suerte de hechos maravillosos, obtuvieron subsidios para ellos mismos y para la institución. Esta fue la única razón por la que se venció la oposición de Felt, quien prefería la denominación "Sociedad Egiptológica". Después de dar una conferencia sobre la "Cábala Egipcia", conferencia que según anuncio del mismo Felt, habría de ser seguida por tres más, éste desapareció repentinamente dejando varios papeles en manos de Mme. Blavatsky; sin duda, su misión estaba ya cumplida. En lo que respecta a Newton no se demoró mucho en retirarse de la Sociedad después de haberse percatado, lo mismo que el juez R. B. Westbrook, de los fraudes que hacía Mme. Blavatsky con la ayuda de cierta dama Phillips y de su sirvienta (14).
La declaración de principios de la primera Sociedad Teosófica comenzaba así: "El nombre de la Sociedad Teosófica explica los objetivos y deseos de sus fundadores: procuran lograr el conocimiento de la naturaleza y de los atributos de la Potencia suprema y de los espíritus más elevados, por medio de procedimientos físicos (sic). En otras palabras: esperan que, yendo más profundamente de lo que ha ido la ciencia moderna, a las filosofías de los tiempos antigüos, podrán llegar a ser capaces de adquirir, para sí mismos y para los demás investigadores, la prueba de la existencia de un universo invisible, de la naturaleza de sus habitantes si los hay, de las leyes que los gobiernan y de sus relaciones con el género humano". Esto prueba que los fundadores nada conocían, en lo referente a teosofía, fuera de la quimérica definición dada por el diccionario norteamericano Webster, en esta forma: "Supuesta relación con Dios y los espíritus superiores, y consiguiente adquisición de una ciencia suprahumana por procedimientos filosóficos, por operaciones teúrgicas de los antiguos platónicos o procedimientos químicos de los filósofos alemanes de antaño. Citaremos también estos pasajes de la susodicha declaración de principios: "Cualesquiera sean las opiniones privadas de sus miembros, la Sociedad no tiene ningún dogma al que deba hacer prevalecer, ningún culto para propagar... Sus fundadores, iniciándose más con la esperanza que con la convicción de alcanzar el objetivo de sus deseos, están animados tan sólo por la intención sincera de estudiar la verdad, venga ésta de donde viniere, y consideran que ningún obstáculo por más grave que sea, que ningún esfuerzo por penoso que sea, pueden excusarlos para abandonar su empeño." Ciertamente, es ése el lenguaje de las personas que buscan y no de las que ya saben; entonces, ¿cómo puede conciliarse todo eso con las extraordinarias pretensiones emitidas ulteriormente por Mme Blavatsky? Se ve más y más claramente, que la iniciación que habría recibido Mme. Blavatsky en el Tíbet es una pura fábula, y que a pesar de lo aseverado por la Condesa Wachtmeister, no había estudiado en Egipto los misterios del Libro de los Muertos, cuya existencia le fue dada a conocer, probablemente, por medio de Felt.

Sin embargo, poco tiempo después, se produjo un nuevo cambio. Serapis, que había reemplazado antes a John King, fue reemplazado a su vez por un "Kashmiri brother" (Hermano Kashmiri). ¿Qué había sucedido? Olcott y Mme Blavatsky habían llevado a cabo, con la mediación de un tal Hurrychund Chintamon (respecto del cual manifestó más tarde verdadero terror, por motivos que desconocemos) (4*), una alianza ofensiva (15) con la Arya Samâj, asociación fundada en el año 1870, en la India por eI Swami Dayananda Saraswati; la Sociedad Teosófica debería ser tenida desde entonces como una sección de la asociación india. A propósito de esta unión escribió Mme. Blavatsky, desfigurando la verdad como lo hacía frecuentemente, y con motivo de la aparición de su Isis Desvelada: "He recibido el grado de Archi Auditor de la principal Logia Masónica de la India; es ésta la más antigua de las logias masónicas, se dice que existía desde antes de Cristo" (16)

Ahora bien, la Arya Samâj había sido establecida muy recientemente y nada tenía de masónica; a decir verdad, en la India no hubo nada de la Masonería fuera de lo introducido allí por los ingleses. La sociedad mencionada tenía por finalidad: "Retrotraer la religión y el culto a la simplicidad védica primitiva", al igual que muchas otras organizaciones que se fundaron en dicho país durante el decurso del siglo XIX, especialmente la Brahma Samâj y sus varias ramificaciones, habiendo fracasado todas a pesar del apoyo brindado por los ingleses, a causa de sus tendencias antitradicionales. Fue inspirada por un espíritu "reformador" perfectamente comparable al del Protestantismo en el Mundo Occidental; Dayananda Saraswati ¿no ha sido llamado "el Lutero de la India"? (17) Ciertamente, no es posible considerar a ese hombre como una autoridad en lo referente a tradición hindú; algunos han llegado a afirmar que: "sus pensamientos filosóficos no iban ni siquiera tan lejos como los de Herbert Spencer" (18), cosa que consideramos algo exagerada.

Pero, ¿qué razones podía tener Dayananda Saraswati para unirse con Mme. Blavatsky y su Sociedad? En la declaración de principios del 17 de noviembre de 1875, después de haber dicho que: "el Brahma Samâj ha iniciado seriamente el colosal trabajo de purificar a las religiones hindúes de las escorias que le han infundido siglos de intrigas de sacerdotes", se añadía esto otro: "Los fundadores, viendo que todo intento por adquirir la ciencia deseada se desarrolla en otras regiones, se vuelve hacia el Oriente, de donde han derivado todos los sistemas de religión y de filosofía”. Si el Brahma Samâj, muy dividido por ese entonces, no correspondió a esos intentos, sí lo hizo el Arya Samâj, y ambas organizaciones, como antes lo hicimos notar, procedían de las mismas tendencias y se proponían una finalidad casi idéntica. Además, la misma Mme. Blavatsky ha dado otra razón de tal unión: "Todos los brahmanes, los ortodoxos y los demás, son terriblemente opuestos a los espíritus, a los médiums, a las evocaciones necrománticas o relaciones con los muertos, no importá de qué manera o bajo qué forma" (19).

Esta afirmación es perfectamente exacta, y no se nos hace difícil creer que ninguna alianza de ese género hubiera sido posible sin la actitud antiespiritista que adoptaba Mme. Blavatsky desde hacía algún tiempo, y explícitamente desde su afiliación a la H. B. of L.; pero, aun cuando los brahmanes ortodoxos no hubieran visto en el acuerdo sobre un punto meramente negativo más que una garantía extremadamente insuficiente, no sucedió lo mismo respecto de "los demás", o por lo menos respecto de uno de ellos: Dayananda Saraswati, a quien Olcott llamaba por entonces: "Uno de los más nobles Hermanos vivientes" (20), y cuyas cartas, trasmitidas en realidad por vía enteramente natural, pronto habrían de transformarse en "mensajes astrales" emanados de "Mahâtmâs" tibetanos. Sin embargo, ese mismo Dayananda Saraswati, en el año 1882 habría de romper su alianza con la Sociedad Teosófica denunciando a Mme. Blavatsky, a quien había tenido oportunidad de ver de cerca durante ese tiempo medio, como una “farsante”, (trickster), declarando que: "...ella nada sabia de la ciencia oculta de los antiguos Yogas, y que sus mal llamados por ella fenómenos no eran debidos más que al mesmerismo, a preparaciones hábiles y a una diestra prestidigitación", cosa que era, en verdad, estricta (21).

Hallándonos ya en este punto, es necesario hacer una comprobación: los nombres de los supuestos "guías espirituales" de Mme. Blavatsky: John King primeramente, luego Serapis y finalmente el "Kashmiri Brother", no hacen otra cosa que traducir los diversos influjos ejercidos sucesivamente en ella; esto es lo más real que hay bajo toda la fantasmagoría con que se rodeaba, y hasta ahora, en general, se ha puntualizado esto muy poco, las relaciones que existieron entre la Sociedad Teosófica, tanto desde sus orígenes como subsiguientemente, con ciertas otras organizaciones de carácter más o menos secreto; todo este aspecto demasiado descuidado de su historia, es uno de los más instructivos.

Expuesto todo lo que antecede, podemos llegar legítimamente a la conclusión de que Mme. Blavatsky fue principalmente, en buen número de oportunidades y circunstancias, un "sujeto" o instrumento en manos de individuos o agrupaciones ocultas, que se ponían a cubierto detrás de su personalidad, así como otros fueron a su vez instrumentos en las manos de ella. Esto es lo que explica sus imposturas sin llegar, sin embargo, a excusarlas. Los que creen que ella inventó todo, que lo hizo todo por sí misma y de su propia iniciativa, se engañan casi tanto como los que, por el contrario, prestan fe a sus afirmaciones referentes a sus relaciones con los presuntos "Mahâtmâs". Pero hay un elemento más que tal vez permitirá aportar una precisión mayor respecto de los influjos a que nos hemos referido: hablaremos de la acción de ciertas organizaciones rosacrucianas o pretendidamente tales que, por lo demás, y contrariamente a aquellas de las que hemos hablado hasta ahora, continuaron manteniendo excelentes relaciones con la Sociedad Teosófica.

NOTAS:

(1). Los hermanos Davenport (1864), los esposos Holmes (Filadelfia, principios de 1875); Fireman (París, junio, 1875); Heme (Londres); C. E. Williams (La Haya, 1878), etc. Recordemos también la Katie King, de Miss Florence Cook, famoso médium de William Crookes (1873-1875); esa similitud de nombre, ¿es solamente un azar? Señalemos también que Crookes se adhirió a la Sociedad Teosófica en 1883 (5*).

(2). Carta a Stainton Moses: Light, 9 de julio de 1892, pág. 331. En su carta a Solovioff, en febrero de 1886, Mme. Blavatsky repite una vez más: "Fui enviada a América para ensayar mis capacidades psiquicas", por lo demás, ya las había "ensayado" en El Cairo.

(3). Véase el ya citado relato de la Condesa Wachtmeister.

(4). Light, 9 y 23 de julio de 1892.

(5). Algunos han afirmado que Mme. Blavatsky, durante su permanencia en Filadelfia, se casó por segunda vez con uno de sus compatriotas, médium también y mucho más joven que ella; pero poco después se habría separado también de éste, y una vez en New York habría iniciado acción de divorcio que habría concluido al cabo de tres años. No hemos podido obtener confirmación ninguna de esto, y otras informaciones logradas lo hacen aparecer poco verosímil; por lo demás, la vida de Mme. Blavatsky fue lo suficientemente aventurera de por sí, sin que sea necesario intercalar episodios más o menos novelescos basados en simples relatos azarosos. Las mismas observaciones son aplicables a lo que se dice sobre ella en las Memorias publicadas recientemente del Conde Witte (págs. 2-7, ed. francesa); éste, aun siendo primo de Mme. Blavatsky a través de los Dolgorouki, no parece haber conocido de la juventud de ella más que los rumores más o menos vagos que circulaban en Rusia, lo cual no debe sorprender, ya que durante tal período ella no tenía relaciones con su familia. Algunos detalles de las Memorias son manifiestamente inexactos; otros, como los referentes a las relaciones de ella con un cantor llamado Mitrovitch, pueden ser ciertos, pero se relacionan tan sólo con su vida privada, la cual no nos interesa en síi misma. Lacour-Gayet hizo un resumen que fue publicado en Le Figaro, el día 16 de septiembre de 1921, bajo este título: La Vida Errante de Mme. Blavatsky (6*).

(6). Old Diary Leaves, por Olcott: Theosophist, noviembre y diciembre de 1892,

(7). No se debe confundir a esta sociedad con otra que tiene un nombre símilar: Hermetic Brotherhood of Light (Hermandad Hermética de la Luz), fundada en el año 1895. Hay todavía una tercera Hermetic Brotherhood, sin designación ulterior, organizada en Chicago hacia el año 1885.

(8). Carta del 25 de junio de 1876.

(9). Carta del 12 de abril de 1876. Cfr. Old Diary Leaves,Olcott, págs. 75-76.

(10). La Clef de la Théosophie, pág. 270.

(11). Una obra titulada The Transcendental World (El Mundo Trascendente) por C. G. Harrison, aparecida en Inglaterra en 1894, parece hacer alusiones a ese hecho y al antagonismo que existió desde entonces entre la H. B. of L. y la Sociedad Teosófica; pero sus informes referentes a los origenes ocultos de la última tienen un carácter demasiado fantástico y carecen de pruebas suficientes como para basarnos en ellos.

(12). La Doctrine de la Théosophie, son Passé, son Présent, son Avenir. En "Revue de Philosophie", agosto de 1913, págs. 14-52. Ese pasaje figura en la pág. 28.

(13). Lo más extraordinario es, quizá, que el Theosophist publicara en el año 1885 un anuncio del Occult Magazine, de Glasgow, en el que se llamaba a personas que desearan "ser admitidas como miembros de una Fraternidad Oculta, que no se jacta de su saber, sino que enseña libremente y sin reservas a todos los que encuentra dignos de recibir sus enseñanzas". Esa Fraternidad, cuyo nombre no se daba, no era otra que la H. B. of L., y los términos empleados eran una alusión indirecta, pero clarisima, a los procedimientos completamente opuestos utilizados por la Sociedad Teosófica, y que precisamente fueron criticados repetidas veces en el Occult Magazine, (julio y agosto de 1885, enero de 1886).

(14). Informe, ya mencionado, de William Emmett Coleman al Congreso de Chicago, en 1893.

(15). Carta de Mme. Blavatsky a su hermana, del 15 de octubre de 1877.

(16). Carta del 2 de octubre de 1877.

(17). Artículo de Lalchand Gupta, en la India Review, Madrás, 1913.

(18). The Vedic Philosophy, por Har Nayayana. Introducción, página XLI.

(19). Carta ya citada del 15 de octubre de 1877.

(20). Carta a Stainton Moses, año 1876.

(21). Dayananda Saraswati falleció el 30 de octubre de 1883.

(1*). Henry Steele Olcott nació el 2 de agosto de 1832. Sus artículos sobre los fenómenos de Chittenden fueron reunidos en un volumen bajo el título de People from the other World. Con respecto al papel de Olcott durante y después de la guerra de Secesión, se nos ha reprochado el haber "omitido cuidadosamente indicar que estuvo encargado de denunciar y de perseguir a todos aquellos que se habrían hecho culpables de concesiones en los mercados de los ejércitos", lo que era "una tarea que no podía ser encomendada más que a un hombre cuya honorabilidad y probidad estuvieran por encima de toda sospecha". Esta omisión, en realidad, fue totalmente involuntaria por nuestra parte, y, además, la "probidad" de Olcott no estaba en absoluto en duda; pero, si los teosofistas encuentran "honorable" la función de denunciante, lamentamos no poder ser de la misma opinión en este punto.

(2*). A propósito de la identificación entre John King y Henry de Morgan, es curioso notar que la "Katie King" de William Crookes pretendía también haber vivido en las Indias con el nombre de Annie Owen Morgan; la relación parece todavía más estrecha de lo que sospechábamos en un principio. En cuanto al presidente de la Sociedad Matemática de Londres, se llamaba Auguste de Morgan.

(3*). Algunos teosofistas han afirmado, con una insistencia tal que prueba que el asunto tiene alguna importancia para ellos, que la H. B. of L. había sido una "imitación" o incluso una "falsificación" de la Sociedad Teosófica, lo que implica que no habría sido fundada sino posteriormente a ésta. Debemos precisar que la H. B. of L. fue "reorganizada exteriormente" en 1870, es decir, que en este año había sido fundado el "círculo exterior" cuya dirección fue, en 1873 (y no en 1884, como se dijo en el "Theosophist"), confiada a Max Théon; éste, que más tarde debía convertirse en el propagador de la doctrina designada con el nombre de "tradición cósmica", y del cual recientemente hemos conocido su muerte, era, al parecer, el hijo de Paulos Metamon (ver p. 14, nota 2). En cuanto a las formas anteriores de la H. B. of L., es preciso buscarlas sin duda en organizaciones que han sido conocidas bajo otros nombres diversos, especialmente en la "Fraternidad de Eulis" de P. B. Randolph (ver p. 36, nota 1; Eulis es una alteración de Eleusis), e incluso en la misteriosa "Orden de Ansaireh" al cual éste estaba vinculado; sobre este punto, reenviamos a lo que ya hemos dicho en L'Erreur spirite (pp. 20, 21 y 27). Además, podemos decir ahora que los documentos inéditos concernientes a la H. B. of L. nos han sido comunicados por F.-Ch. Barlet, que había sido su representante oficial para Francia, tras haber sido uno de los fundadores de la primera rama francesa de la Sociedad Teosófica, de la que por otra parte se separó en 1888 tras algunas discusiones de las que se pueden encontrar los ecos en la revista "Le Lotus". La hostilidad de la Sociedad Teosófica con respecto a la H. B. of L. se manifestó particularmente en 1886 a propósito de un proyecto de fundación de una especie de colonia agrícola en América por miembros de esta última organización. Mme. Blavatsky encontró aquí una ocasión favorable para vengarse de la exclusión de la que había sido objeto en 1878, y maniobró de tal forma que llegó a hacer prohibir al secretario general de la Orden, T. H. Burgoyne, el acceso al territorio de los Estados Unidos, haciendo llegar a las autoridades americanas documentos que establecían que había sufrido hacía tiempo una condena por estafa. Peter Davidson, que tenía el título de "Gran Maestro provincial del Norte", llegó a establecerse con su familia en Louisville, en Georgia, donde murió hace ya algunos años, tras haber fundado, cuando ya la H. B. of L. había "entrado en sueños", una nueva organización llamada "Orden de la Cruz y de la Serpiente" (alusión al símbolo bíblico de la "serpiente de bronce"), y que tenía por órgano una revista titulada "The Morning Star". Es Peter Davidson quien escribió a F.-Ch. Barlet, en julio de 1887, la carta de la que hemos citado algunas frases (p. 26); he aquí otro extracto de la misma carta: "Debe observarse también que la Sociedad Teosófica jamás ha estado, desde que Mme. Blavatsky y el coronel Olcott llegaron a la India, bajo la dirección o la inspiración de la Fraternidad auténtica y real del Himalaya, sino bajo la de una Orden muy inferior que pertenece al culto budista. Le hablo aquí de algo que sé y sobre lo cual tengo una autoridad indiscutible; pero, si tiene aún alguna duda sobre mis afirmaciones, el Sr. Alexander de Corfou posee numerosas cartas de Mme. Blavatsky en las que confiesa claramente lo que le digo". La Orden budista de la que se trata no es otra, verosímilmente, que la Mahâ-Bodhi Samâj, es decir, la organización que tenía como jefe al Rev. H. Sumangala, principal del Vidyodaya Parivena de Colombo (ver pp. 107-108 y 172-173). Un año más tarde, Peter Davidson escribía, en otra carta, esta frase un tanto enigmática: "Los verdaderos Adeptos y los Mahâtmâs de verdad son como los dos polos de un imán, aunque numerosos Mahâtmâs sean con seguridad miembros de nuestra Orden; pero no aparecen como Mahâtmâs por motivos muy importantes".

(4*). La similitud parcial entre los nombres de Chintamon y Metamon parece haber dado lugar a algunas confusiones; no vemos otra posible explicación a la extraña afirmación contenida en un artículo, por otra parte lleno de informaciones erróneas y tendenciosas, aparecido en el "Occult Review" de Londres en mayo de 1925, y donde ese Chintamon (cuyo nombre es deformado en Christaman, que no tiene nada de hindú) es presentado como habiendo sido el jefe más o menos oculto de la H. B. of L.

(5*). En la primera línea de la nota 1, léase 1865 en lugar de 1864, y, Firman en lugar de Fireman. William Crookes no solamente se adhirió a la Sociedad Teosófica, sino que fue miembro del consejo de la "London Lodge".

(6*). Habíamos querido considerar como simples calumnias las historias concernientes al segundo matrimonio y al divorcio de Mme. Blavatsky; pero los propios teosofistas han tenido el detalle de indicarnos que Olcott habla de ello en sus "Old Diary Leaves" y afirma que los documentos que se refieren a este asunto están en su posesión; si aportan alguna luz sobre ese aspecto más bien molesto de la fisonomía de su fundadora, no vemos por nuestra parte ningún inconveniente en referirnos a ello. Parece entonces que el matrimonio tuvo lugar en Filadelfia el 3 de abril de 1875, mientras vivía aún el general Blavatsky y ninguna sentencia de divorcio había sido pronunciada; el segundo esposo de Mme. Blavatsky era un joven armenio llamado Bettalay; además, J. N. Farquhar (Modern Religious Movements in India, p. 222) asegura que, según el registro, ella habría afirmado tener treinta y seis años, cuando en realidad tenía cuarenta y tres; en fin, es en ocasión del proceso de divorcio que siguió cuando conoció a W. Q. Judge, que estuvo, en esta circunstancia, encargado de la defensa de sus intereses.

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