Al respecto, en las antiguas voces transferidas por la fuente romana una de las tantas acepciones de la voz arch-i-tectura se refería a las operaciones que tienden a "revelar el arch-e-typus", es decir, "una aplicación lógica de dos componentes ordenados" en el sentido tradicional de relacionar un modelo formal con los números naturales, y de donde se infiere las aplicaciones de una aritmo-geometría, cuyo fin es representar el Prototipo ideal de un objeto o el Tipo supremo original (11).
A modo de ejercicio, nótese que la frase" una aplicación lógica de dos componentes ordenados" queda reducida a una vaga formalidad lingüística si es que se la saca del contexto mental de la escolástica medieval (12) (una de las principales fuentes expresivas en el corpus lingüa de Dante) donde, por ejemplo, los términos "lógica" y "dos componentes ordenados" solían ser soportes verbales de un simbolismo ya desconocido para la actual mentalidad moderna.
En efecto, respecto de la lógica, hay indicios de haber sido considerada en Occidente por lo menos parecida al modo de los darshanas de la tradición hindú, es decir, en este caso, como la parte con formativa y basamental de un edificio (léase como una función) o como un "punto de vista" de la doctrina total.
Según René Guénon, y aún teniendo en cuenta ciertas limitaciones e inconvenientes de la herencia griega, como también algunos obstáculos de adecuación, la lógica de Aristóteles guardaba ciertas analogías con el Nyaya hindú ("como una hipótesis por lo menos verosímil que Aristóteles pudo tener algún conocimiento del Nyaya") (13). Por lo demás, seguía afirmando Guénon que, en términos generales y a pesar de ciertas omisiones, "la doctrina escolástica, continuando la de Aristóteles en sus grandes líneas, la corrigió y completó en muchos puntos" (14). De tal manera que, cabe rescatar al menos aquel aspecto positivo desarrollado en el contexto de la escolástica medieval resumido bajo los siguientes términos del mismo Guénon: "en la definición de la verdad como
Cabe agregar, dentro del mismo contexto o en torno a este preciso respecto, que es probable pueda admitirse aún otros jalones del tema que aporten mas aristas a las apreciaciones del posterior síncope intelectual de Occidente y, de este modo, se mantenga pendiente un trabajo de cierta perífrasis (es decir, explicar en lugar de simplificar) en la consideración sobre cierto silencio parcial u ocultamiento progresivo en torno a los múltiples aportes de mediación islámica al corpus scholasticus medieval (16), y según los abundantes e incontestables datos en las diversas corrientes escolásticas de la época, y por lo cual, han podido expresar de alguna manera, el núcleo de la cuestión con el cual cerraba Guénon el capítulo de nuestra referencia: "como dicen los árabes,
Ahora, en lo que sigue sobre el sentido de la frase "dos componentes ordenados" y a lo que ello concierne, podríamos anotar que se refiere a los dos aspectos de toda arquitectura sagrada en su mas amplia idea; uno superior y otro secundario con los cuales el intelectual medieval (sea igualmente escriba, artesano o constructor) completaba la perfección de la obra. Estrictamente, son los actus primus y actus secundus de la doctrina escolástica
La perfecta analogía de este procedimiento escolástico con las operaciones intelectuales y los métodos orientales, ya ha sido magistralmente demostrado por Ananda K. Coomaraswamy en diversos pasajes de su obra, particularmente en lo referente al arte hindú y a las prescripciones hieráticas budistas (18) donde elucida la superposición (19) de dichas etapas en el esclarecimiento de las raíces ci (edificar) y cit (contemplar) de la voz sánscrita citayah (estructuras) y en sus derivados.
Es en tal sentido que la estructura tradicional de la obra de Dante (y al margen de cualquier juego de palabras) se mantiene refractaria a todo tipo de análisis "estructuralista"; alejada, en realidad, de toda anexión o acreditación moderna donde, por ejemplo, no sólo es inconcebible la cualificación del "Intelecto agente", sino también aquello por lo cual es asimilable la Sabiduría divina, es decir, el actus primus de toda ciencia y arte verdaderos (20).
Así, de un estudio atento, resulta incuestionable la ortodoxia doctrinal que se revela no sólo de su ópera magna (Comedia), sino del "Convivio" como "De vulgari eloquentia" (consideradas obras menores) e integrales a la obra dantiana en general, cual se presenta como una verdadera pieza de arquitectura revestida en su aspecto exterior con el ropaje escolástico medieval del que se decía heredero y con el cual sabía, literalmente, cubrir el "alimento sólido". Como ejemplo, tenemos el tema principal del último tratado citado donde la materia que se trata no puede ser, alegóricamente, mas que "natural", "vulgar" o "común" (en el sentido universal de algo que es "patrimonio de todos" y que se remonta al "origen común") y, por tanto, trascendiendo anagógicamente aquel legítimo ordenamiento subalterno (necesario, circunstancialmente, en tanto parte o punto de vista tradicional) pero que suele, lamentablemente, devenir alterado al ser procesado por cualquier parcialidad o exclusivismo y, frecuentemente, desviado en todo cultismo o culteranismo (21).