Vale anticipar, sobre el tema concerniente a lo propio de la "ciencia del ritmo" que, hoy por hoy, carece casi de tratamiento explicativo, debido quizás, a unas cuantas razones de diversa importancia. La primera a señalar es su importancia constitutiva en la mayoría de los "esoterismos" o aspectos interiores de las doctrinas tradicionales en relación a los métodos o soportes de la realización metafísica, y, por ende, se deduce su carácter de transmisión oral. En otro orden de razones, podríamos mencionar las limitaciones que afectan al modo relacional de los lenguajes modernos constituidos bajo un dominio exclusivo de lo objetal, de los accidentes y de sus predicables. De tal manera que, la carencia de los soportes del simbolismo tradicional produce las determinaciones de ciertos modos mentales que luego se traducen en las dificultades lingüísticas, y por lo cual, debido a la naturaleza "cualificatoria" y al origen primordial de dicha ciencia no es fácil que deje revelar su verdadero sentido en estos tiempos tan poco aptos para la comprensión cabal del símbolo, para la concentración o la reintegración de los elementos del constitutivo humano con fines de lograr una primera instancia del proceso "identificatorio", resumida en aquello denominado como "Estado Primordial".
Por otra parte, existen sí, innumerables señalamientos en las diversas ciencias y procedimientos tradicionales, pero ya en carácter de adaptaciones o ramificaciones, como puede ser el caso del método Kapalabhâti de la India (al margen de las actuales desviaciones que aquejan a las técnicas yóguicas) Del mismo modo el chhandas en el orden de las aplicaciones en los sonidos vocales o aquellas transposiciones prosódicas de las entonaciones. Además, en China y Japón tanto la voz ch'i como ki obedecen respectivamente al mismo objeto. Igualmente, en el hálito monocorde de las letanías monacales, en las invocaciones "encantatorias" aborígenes o en el dikr de las cofradías musulmanas se respetan los patrones espirituales (de spiri, spirare, "espirar") del orden cósmico representado por la ley del ritmo universal.
También y probablemente, de aquello que nos queda a la vista, sea en las artes tradicionales, donde visual y sonoramente mejor se resguardan, expresando sintéticamente las analogías, equivalencias y correspondencias. Especialmente, en las formas no representativas de las cuales el denominado como "arte islámico" es uno de los mejores ejemplos que a continuación podemos considerar.
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Es importante señalar, antes del desarrollo explicativo del tema, sobre el significado relativo que porta aquello entendido con la denominación de "arte islámico" (vale, como decíamos, para la consideración de todo arte tradicional), ya que sin el principio esencial que le anima (el cual debería conllevar todo dato auténticamente tradicional), quedaría tan sólo como una ambigua y convencional fijación de la terminología al uso actual moderno. Ello, en tanto que general clasificación sistemática y en cuanto una mera función estética, por lo cual así, sin su cualidad superior, no nos alcanzaría para comprender con propiedad las distintas realidades mentales y los objetos que de esa manera y bajo sus fueros se pretendería analizar.
Mas bien, desde el punto de vista tradicional, dichas realidades mentales y las técnicas empleadas se refieren a un método universal de conservación (1) o un compendio oral y figurativo de datos tradicionales (entendidos estos en el carácter dimanante de un acervo primordial) adecuado a las mas diversas condiciones de tiempo y espacio, de "genios étnicos" o de doctrina (2). Es muy probable que dicho aspecto, en este caso y respecto del "arte islámico" tratado desde dicha perspectiva, permita vislumbrar que, en realidad, se trata de un conjunto de aplicaciones de la "ciencia del ritmo" (3) a los distintos modos de expresión, y por lo cual, el término "arte" debe asumírsele aquí en alguno de sus sentidos originales (4) o también como sinónimo de "ciencia tradicional".
En efecto, la superposición de dicha ciencia cuyo carácter esencial se identifica con numerosas aplicaciones u oficios sagrados se torna como un aspecto central sobre las producciones fonéticas o motrices, y también en su transposición a la proporción por sobre la construcción o la artesanía, la decoración o el ornamento. Siendo ello, una constante en el mundo islámico, ya que las reglas del ritmo y la proporción contribuyen a darle un sentido analógico a los aspectos accesorios o particulares. Así, devienen en partes necesarias para una conformación integral en aras de una mayor eficacia o de una mejor adaptación en la expresión o sugerencia de las verdades de orden trascendentes, erigiendo un equilibrio polar entre el sentido inmediato de la forma y el sentido de lo esencial o lo metafísico, ya que, sin el, cualquier producción quedaría sin influencia espiritual (barakah), huérfana de propiedad invocatoria, es decir, atributivamente nula o sin poder "pantacular", por lo cual quedaría reducida a la categoría de "artificio" y sin función tradicional ni significado esencial.