Notas
1) "...pero, aparte de toda cuestión de superioridad, es menester que admitan al menos que las cosas a las que los occidentales atribuyen la mayor importancia no interesan forzosamente a todos los hombres al mismo grado, que algunos puedan tenerlas incluso como perfectamente desdeñables, y que se puede hacer prueba de inteligencia de otro modo que construyendo máquinas". "Oriente y Occidente", (Prefacio), René Guénon.
2) Entre esos tantos indicios podríamos mencionar la cantidad de inscripciones y signos grabados prehistóricos a lo largo del continente cuya disposición y formas guardan significativas correspondencias y similitudes con aquellas innumerables expresiones localizadas en diferentes puntos del globo terrestre. Particularmente, llama la atención las concentradas en la línea del inmenso valle oriental (que comprende varios archipiélagos como Madera, Canarias, Cabo verde), uno de los dos sectores que conforman el océano Atlántico que bordean las costas americanas, las de Europa y Africa. Lo cierto es que, una gran proporción de tales inscripciones (y al margen de la denominación efectuada por la lingüística arqueológica moderna como escritura o epigrafía de raíz "líbico-beréber") nos revelan datos tradicionales de origen primordial cuya evidente importancia permiten vislumbrar singulares conexiones con los signos, marcas corporativas y alfabetos reservados que han circulado en la antigüedad y en la edad media entre diversas sociedades (por ejemplo,canteros, constructores, hermetistas, templarios, etc.) del Islam y de la Cristiandad. A estas referencias se agregan no solamente las características similares (en el modo de asumir la existencia) sobre la línea mencionada, sino también todo el bagaje del simbolismo tradicional precolombino que revelan la unidad esencial de un núcleo intelectual, cuya universalidad, lamentablemente, ya ha sido perdida en la óptica interpretativa de las fragmentaciones historicistas.
3) Desde ya que, dicho proceso, debe entenderse en sus causas profundas a la luz de la Tradición Unánime (en tanto la doctrina de los ciclos cósmicos derivada) y no bajo el prisma de cualquiera de los contradictorios formatos ideológicos contemporáneos siempre opuestos entre sí.
4) Según la titulación homónima que ha sido últimamente desarrollada por Samuel Huntington, profesor de la Universidad de Eaton y director del John M.Olin Institute for Strategic Studies de la Universidad de Harvard.
5) Una primera visión simplificadora y del todo literaria de esto mismo, luego reelaborada por diversos autores, es probable que haya sido el libro homónimo de Francis Fukuyama editado en el año 1992.
6) Así designadas por el sociólogo Willam Lind.
7) Si al creciente aumento de las conflagraciones, al enorme caudal destructivo y a la velocidad de los sucesos acaecidos en el mundo contemporáneo lo miráramos con un sesgo relativamente positivo, sería únicamente, en la consideración de sus efectos (ciertamente ello contemplado desde el punto de vista sensible) que ha permitido a un número cada vez mayor de personas encontrarse abandonando de a poco su confianza en el porvenir de las técnicas y en las consecuencias del desarrollo de la industria. Evidentemente, que dicha confianza se hallaba depositada en la postura evolucionista de una impuesta "organización científica" que viene aún, trasladando a la historia, su sustento ideológico basado en la noción de "progreso". De tal manera que, uno de los concomitantes con mayor impacto y fuerza de dicha noción, sin lugar a dudas que ha sido este del "Progreso científico y técnico", ya que ha generado sugestiones y adhesiones que hasta dan la idea de una especie de "misticismo"; quizás alentado por las posturas de algunos filósofos modernos que, como Jaspers, han convocado a una "lealtad y confianza ciegas" con el argumento de que las técnicas producidas por el progreso de los conocimientos científicos, y mejoradas permanentemente, son sólo "instrumentos" en una "dulce espera" del mejoramiento de las instituciones sociales que aguardan una colosal empresa de educación por medio de la cual el hombre se haga digno de disfrutarlos. Ciertamente, en la medida de que estas declaraciones provengan de una exclusiva mentalidad moderna que se contemple en el espejo de nociones científicas tales como la "evolución de las especies" o el continuo "descubrimiento de las leyes naturales" con las que el hombre evalúa el porvenir de su condición, nos revelan el carácter neopositivista e ingenuo con que se disimula la negligencia de los conocimientos tradicionales o aquella impronta que refleja la índole de la verdadera intelectualidad perdida por parte de los mas conspicuos representativos de la situación moderna del mundo y que, al parecer, no sólo ignoran la irreversible entrada a una "globalidad apocalíptica", sino también la naturaleza real y cualitativa de dichos "instrumentos".
8) "Si los occidentales reconocieran que no todo es forzosamente despreciable en las demás civilizaciones por la única razón de que difieren de la suya, nada les impediría ya estudiar esas civilizaciones como deben serlo, queremos decir, sin una toma de partido por la denigración y sin hostilidad preconcebida; y entonces algunos de entre ellos no tardarían quizás en apercibirse, por este estudio, de todo lo que les falta a ellos mismos, sobre todo desde el punto de vista puramente intelectual". (Idem).
9) Es necesario reconocer, de una vez por todas que, en su mayoría, los componentes mas cualificados de esta línea expositiva provienen de una aproximación interior con las escuelas mas espirituales o intelectuales del Islam. Hecho que, no solo revela, taxativamente, la función mediadora de dicha forma tradicional, sino también, aquellos aspectos mas cercanos y accesibles a la mentalidad occidental a modo de cierta remembranza de lo que ha sido la hoy ausente espiritualidad de occidente, ya que aquí se aplica perfectamente el sentido de la palabras de Guénon respecto al espejo del Islam en el cual podrían mirarse los occidentales a efectos de retomar sus propias tradiciones: "la religión no puede ocupar el lugar de la metafísica, pero no es de ningún modo incompatible con ella, y se tiene la prueba de ello en el mundo islámico, con los dos aspectos complementarios bajo los que se presenta su doctrina tradicional" "Posibilidades de acercamiento", "Oriente y Occidente", Parte 2.
10) Dichas concepciones y expresiones, en las acepciones elevadas en que pueden aplicarse revelan, esencialmente, la correlación y la comparatividad de los términos "esoterismo" y "exoterismo" que comprenden ya que, como diría René Guénon (Abdel Wahid Yahia): "allí donde no hay exoterismo, no hay motivo del todo para hablar tampoco de esoterismo", premisa fundamental que comporta la consiguiente afirmación del mismo: "esta última denominación (esoterismo) no puede pues, si se pretende guardar su sentido propio, servir para designar indistintamente toda doctrina cerrada, para uso exclusivo de una elite intelectual" ("Introducción general al estudio de las doctrinas hindúes").
11) Es así, que a la luz de la tradición, ninguna de las entronizadas razones contingentes, en su condición específica, podría afirmar un carácter exclusivo, sino solamente por estar en relaciones con su fin último o poseer aquella cualidad relationnel tanto en su sentido riguroso como analógico dentro del orden total, y que siempre contempla a las "partes" en función de una visión sintética del universo. Siendo que toda separación, parcialidad o fragmentación se reduce a la substancia de la ilusión podemos, en tal sentido, intentar acercarnos a aquello que separa a la "civilización" moderna de todos los aspectos encerrados en la noción de ortodoxia, la cual, por señalar referencias, aún se halla vigente en numerosos sectores de las sociedades orientales. Si dejamos de lado a los actuales sentidos ideológicos (por ejemplo, "ortodoxia liberal", "ortodoxia política", "ortodoxia económica", etc.) o peyorativo (en el sentido de "camarillas","capillas", etc.) con los que se utiliza hoy a este término (como es también el caso de otros conceptos fundamentales) y prestamos nuestra atención al origen de la combinación griega, notaremos que orthos, como prefijo, señala el carácter de rectitud propia de una cosa y que doxa, como palabra, contiene el significado de opinión o gloria, por lo cual se deduce fácilmente el primer sentido inmediato que se expresa de una doctrina verdadera, sana y recta. En un segundo sentido, al concepto de Verdad se le asocian los grados contenidos en la noción de "Fidelidad", por lo cual podrían venir al caso aquellas palabras hebreas tan mentadas en el Antiguo Testamento como 'èmet' y 'èmuna' derivadas de la raíz 'mn' que dan significación de seguridad y veracidad y que por implicar a una virtud fundamental como la Constancia se traduce también por "Fidelidad". Podríamos añadir que esta combinación de orthos mas doxa ya era usada por los antiguos griegos y fue de uso doctrinal en la época patristica griega se cree que su aplicación concierne a correspondencias originales que van mas allá del contexto teológico o filosófico. Ello estaría relacionado al carácter de "transmisión" cuidadosa de un contenido de carácter universal, que como "depositum", daría el sentido y la orientación a las distintas formas tradicionales de la humanidad. Es así, que en la extensión de todo ello ortodoxia sería la "Fidelidad a la Verdad Revelada por Dios en el Origen".
(12) La actualización de al-fitrah o de la naturaleza primordial se halla resumida en las palabras del Profeta Muhammad cuando dijo "Todo recién nacido está en estado de fitrah. Sus padres lo hacen judío, cristiano o zoroastriano" Por otro lado, en el esoterismo islámico se relaciona este punto central con la sura de la Higuera (Sûrat at Tîn), donde se consigna los cuatro estadios que le comprenden, representados simbólicamente por la higuera (tîn), el olivo (caitûn), el monte Sinaí (tûr sìnîn) y la Meca (al-bàlad al amîn).
(13 Ver "La influencia de la civilización islámica en occidente". Cap.VIII de "Apreciaciones sobre el esoterismo islámico y el Taoísmo", René Guénon.